Salvemos el planeta: March 2007
 
 
Wednesday, March 21, 2007
El Cambio climático aumenta el dengue en América del Sur...
Las alteraciones climáticas, como las lluvias más intensas y persistentes en América del Sur, obligan a los países a fortalecer la prevención de enfermedades como el dengue, que esta vez afectó a Paraguay con su variedad más peligrosa, la fiebre hemorrágica. “El calentamiento global aumenta el riesgo futuro de epidemias” ... more
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Saturday, March 17, 2007
Ideas locas para frenar el calentamiento global
Científicos de primer nivel están explorando con seriedad propuestas para salvar el mundo que parecen, sin embargo, un delirio. ¿Cuán disparatadas son estas soluciones?
Hay un “volcán” que lanza gigatoneladas de azufre a la atmósfera; una sombrilla espacial hecha de billones de pequeños reflectores atravesados entre la Tierra y el Sol, para reducir la temperatura del planeta. El bosque de “árboles” artificiales que extraen del aire el dióxido de carbono (CO2). Y la “solución del Geritol”, en la que se tira en los mares polvo de hierro.

“Claro que es desesperación”, dijo Stephen Schneider, profesor en Stanford, para quien estas ideas son como una aspirina para una enfermedad grave. “Nacen del pesimismo de cualquier realista que cree imposible confiar en que este planeta hará lo correcto”.
La NASA está dando los toques finales a un estudio que resume varias de estas ideas, y gastó 75 mil dólares en trazar detalles básicos del concepto de sombrilla espacial.
En los Estados Unidos, el Centro Nacional para la Investigación Atmósférica (NCAR) lleva semanas simulando el escenario del volcán artificial, y pronto analizará la idea de la sombrilla espacial.
Y el mes pasado, el multimillonario Richard Branson ofreció un premio de 25 millones de dólares a la primera tecnología que reduzca los niveles de CO2 en el aire.
Simon Worden, quien dirige el Centro Ames de Investigaciones que la NASA tiene en Moffett Field, California, dice que algunas de estas propuestas (parte de un campo llamado geoingeniería) han sido calificadas con epítetos que van desde “grandiosa” hasta “idiota”.
Como para distanciar un poco a la NASA de la cuestión, Worden dijo que el reporte de la agencia no hará mucho más que explicar el rango de posibilidades.
Los científicos han sido reacios a considerar conceptos de este tipo. Algunos temen la posibilidad de efectos secundarios no previstos; a otros les preocupa que estos esquemas induzcan a no reducir las emisiones de gases de invernadero, para muchos la única forma real de combatir el calentamiento global.
He aquí algunas de las ideas:
La solución del geritolLa empresa Planktos, de Forster City (California), ya está ejecutando este plan que unos ven prometedor y otro riesgoso por las potenciales consecuencias ecológicas. La semana pasada zarpó su barco Weatherbird II hacia el Pacífico, para echar por la borda 50 toneladas de hierro en polvo.
La idea es que el hierro estimule al plancton para multiplicar su fotosíntesis, extrayendo CO2 del aire. Esto a su vez formaría una sopa verde de algas devoradoras de CO2, que serían en su turno comidas por distinta fauna. En esencia, el CO2 iría a parar al mar.
La idea ganó solidez cuando un panel internacional la citó como una posible vía para reducir las emisiones de carbono. Pero el mismo reporte alertó contra “las consecuencias ecológicas de una fertilización del océano a gran escala”.
El volcán hechizoCuando el Pinatubo hizo erupción hace 16 años en las Filipinas, enfrió la Tierra durante casi un año debido a que las partículas de azufre en la alta atmósfera reflejaban parte de la luz solar. Varios científicos importantes propusieron hacer lo mismo artificialmente para compensar el calentamiento global.
Científicos del NCAR probaron la idea en un modelo informático del clima. Los resultados no fueron particularmente baratos o prometedores, dijo Caspar Amman, uno de ellos. Sería preciso inyectar cada mes a la atmósfera decenas de miles de toneladas de sulfatos.
“Desde un punto de vista práctico, es completamente ridículo”, dijo Amman. “En vez de invertir tanto en esto, sería mucho más fácil reducir el problema inicial”.
Sombrilla espacialEl otoño pasado, Roger Angel, astrónomo de la Universidad de Arizona propuso una “sombra solar”, una nube de 16 billones de pequeñas naves en forma de Frisbee que se colocarían entre la Tierra y el Sol y actuarían como sombrilla, reduciendo el calor solar.
“Realmente es como girar la perilla para reducir en dos por ciento lo que nos llega del Sol”, dijo.
El modelo demandaría 20 millones de lanzamientos de cohetes cargados de discos. Costaría unos cuatro billones de dólares durante 30 años. O más.
Árboles artificialesKlaus Lackner, profesor de la Universidad de Columbia, quiere usar un proceso de “captura de aire” con instrumentos llamados “árboles artificiales”, feos dispositivos que usan filtros para absorber el CO2 del aire y convertirlo en gas comprimido o líquido para disponer de él en otra parte.
Lackner se imagina unos 100 mil filtros, como grandes torres de 60 metros de alto que aspiraran aire para sacarle el CO2. Cada filtro del tamaño de un televisor podría absorber al año unas 25 toneladas de CO2. Pero luego habría que pagar para poner ese CO2 secuestrado en alguna parte.
Una idea en marchaLos cálculos de plancton dicen que, por cada tonelada de hierro que tiren al mar, sacarán de la atmósfera 100 mil toneladas de carbono.
Si las pruebas funcionan, la empresa espera tirar en aguas internacionales suficiente hierro para extraer del aire tres mil millones de toneladas de carbono.
Queda por ver el efecto que tendría sobre la ecología marina la adición de semejante tonelaje de un gas de invernadero.
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Sunday, March 11, 2007
Ideas para enfriar el planeta Tierra...
Algunos científicos exploran sistemas de geoingeniería para contrarrestar el calentamiento global.
En las últimas décadas, un puñado de científicos ha ideado grandes sistemas futuristas para combatir el calentamiento global: construir sombrillas en órbita para enfriar el planeta, juguetear con las nubes para que reflejen más luz solar al espacio o engañar a los océanos para que absorban más gases invernadero. Sus propuestas quedaron relegadas a los márgenes de la ciencia del clima; pocas revistas las publicaron; pocos organismos gubernamentales financiaron estudios de viabilidad. Los ecologistas y muchos científicos afirmaban que, para empezar, había que centrarse en reducir los gases invernadero y prevenir el calentamiento global. Pero ahora, algunos científicos destacados dicen que las propuestas merecen un estudio serio debido a la creciente inquietud por el calentamiento global.
Preocupados por una posible crisis planetaria, estos científicos están alentando a los Gobiernos y grupos de investigación a que estudien formas inusuales de mitigar el calentamiento global, y las conciben como posibles recursos de repuesto en caso de que el planeta necesite una dosis de enfriamiento urgente. “Deberíamos tratar estas ideas como cualquier otra investigación y tomárnoslas en serio”, señala Ralph J. Cicerone, presidente de la National Academy of Sciences (Washington).
Los planes y estudios propuestos forman parte de un controvertido campo llamado geoingeniería, es decir, la reorganización a gran escala del medio ambiente terráqueo para adecuarlo a las necesidades humanas y fomentar la habitabilidad. Cicerone, químico atmosférico, ha detallado sus argumentos a favor de los estudios de geoingeniería en la edición de agosto de la revista Climatic Change. Por invitación suya, Roger P. Angel, astrónomo de la Universidad de Arizona, habló en la reunión anual de la academia esbozando un plan para poner en órbita pequeñas lentes que desviarían la luz solar de la Tierra. Calcula que serían billones de lentes de unos 60 centímetros de ancho cada una, muy delgadas y con un peso poco mayor que el de una mariposa.
Además, Cicerone participó recientemente en una disputa sobre si debían darse a conocer las ideas de geoingeniería de un premio Nobel, Paul J. Crutzen, del Instituto Mack Planck de Química (Alemania), que recibió el galardón en 1995 por demostrar cómo perjudican los gases industriales a la capa de ozono de la Tierra. En su artículo evalúa los riesgos y ventajas de intentar enfriar el planeta inyectando sulfuro en la estratosfera. El trabajo “no debería interpretarse como una licencia para salir a contaminar”, declaró Cicerone, insistiendo en que la mayoría de los científicos creen que poner freno a los gases invernadero debería ser la máxima prioridad; pero añadió: “En mi opinión, es un artículo brillante”.
La geoingeniería no es la panacea, comenta Cicerone. Pero si se realiza correctamente, dice, actuará como una póliza de seguros en caso de que el mundo algún día afronte una crisis de sobrecalentamiento, con repercusiones como el derretimiento de los casquetes glaciares, sequías, hambrunas, un aumento del nivel del mar e inundaciones costeras. “Muchos hemos manifestado que no nos gusta la idea” de la geoingeniería, pero “debemos pensar en ella” y aprender, entre otras cosas, a distinguir entre las propuestas seguras y las ineficaces o peligrosas.
Muchos científicos todavía se mofan de la geoingeniería tachándola de sueño irresponsable con más riesgos y posibles efectos secundarios negativos que beneficios; definen sus remedios extremos como un buen motivo para redoblar esfuerzos en la reducción de gases que retienen el calor, como el dióxido de carbono. Los escépticos del calentamiento global provocado por el ser humano desestiman la geoingeniería porque la consideran un esfuerzo costoso para combatir un espejismo.
El estudio de medidas futuristas empezó discretamente en los años sesenta, cuando los científicos postulaban que el calentamiento global provocado por emisiones generadas por los humanos podría suponer algún día una grave amenaza. Pero casi pasó inadvertido hasta los años ochenta, cuando las temperaturas globales empezaron a ascender. Algunos científicos señalaron que la Tierra reflejaba al espacio aproximadamente un 30% de la luz solar entrante y absorbía el resto; un ligero incremento en el índice de reflexión, pensaron, podrían contraatacar a los gases que retienen el calor y enfriar así el planeta.
Wallace S. Broecker (Universidad de Columbia), propuso hacerlo rociando la estratosfera con toneladas de dióxido sulfúrico, como hacen de vez en cuando los volcanes en erupción. Pero las inyecciones, calculó en los años ochenta, requerirían una flota de cientos de aviones, que aumentarían la lluvia ácida. En 1997, esas visiones futuristas hallaron a un defensor en Edward Teller, uno de los padres de la bomba de hidrógeno. “La inyección de partículas que disgregan la luz solar en la estratosfera parece un planteamiento prometedor”, escribía en The Wall Street Journal. “¿Por qué no hacerlo?”.
Pero los organismos oficiales normalmente rehusaban pagar la investigación de ideas tan extravagantes. John Latham, físico atmosférico del National Center for Atmospheric Research, y sus colegas intentaron durante años, sin éxito, probar si el rociado de vapor de agua salada en nubes oceánicas bajas podía aumentar su índice de reflexión. No lograron financiación gubernamental.
Otros planes requerían la colocación de películas reflectantes sobre desiertos o el lanzamiento al océano de islas de plástico blanco, en ambos casos para reflejar más luz solar al espacio. Otra idea era fertilizar el mar con hierro, generando grandes floraciones de plantas que engullirían toneladas de dióxido de carbono y, cuando las plantas murieran, arrastrarían el carbono al abismo.
La reacción general a esas ideas, señala Alvia Gaskill, presidenta de Environmental Reference Materials Inc., asesoría de Carolina del Norte que aboga por la geoingeniería, “ha sido de desdén y en ocasiones miedo, un temor a que no sepamos cuáles serán las consecuencias si realizamos cambios a gran escala en el medio ambiente”. Gaskill afirma que unos pequeños experimentos permitirían a los investigadores echar rápidamente el freno si esa manipulación fuera mal.
Los detractores de la geoingeniería sostienen que tiene más sentido evitar el calentamiento global que apostar por soluciones arriesgadas. Instan a reducir el consumo energético, a desarrollar fuentes de energía alternativas y a frenar los gases invernadero. Pero las iniciativas internacionales como el Protocolo de Kioto no han logrado mitigar la amenaza y los científicos calculan que la temperatura de la superficie terráquea puede aumentar hasta 5,5 grados centígrados en este siglo. Los partidarios de la geoingeniería afirman que la humanidad ya está alterando mucho el medio ambiente global y sencillamente debe hacerlo con más inteligencia.
Angel explicó su idea de sombrilla espacial. “Esto podría animar a toda una generación”, declaró. “Empecemos a pensar en este tipo de cosas por si algún día las necesitamos”. Esos planes visionarios todavía están lejos de ganarse el aplauso general. James E. Hansen, del NASA Goddard Institute for Space Studies, que defiende con firmeza la reducción de las emisiones, menosprecia el parasol orbital por considerarlo algo “increíblemente difícil y poco práctico”.
Crutzen también ha sido objeto de críticas por su artículo sobre la inyección de sulfuro en la estratosfera. “Hubo una apasionada protesta de varios científicos importantes que afirmaban que es irresponsable”, dice Mark G. Lawrence (Instituto Max Planck).
El plan estratosférico llamaba a combatir un tipo de contaminación (exceso de gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono) con otra (dióxido de sulfuro), aunque parecía que cualquier incremento de sulfuro en la superficie de la Tierra sería pequeño en comparación con las toneladas que ya emiten las chimeneas de las centrales alimentadas con carbón. Crutzen calcula que el coste anual de su propuesta del sulfuro ascendería como máximo a 40.000 millones de euros, o aproximadamente un 5% del gasto militar anual en el mundo. “La ingeniería climática es la única opción de que disponemos para reducir rápidamente el aumento de la temperatura” si los esfuerzos internacionales no consiguen poner freno a los gases invernadero, escribe. “Hasta ahora”, añade, “hay pocas razones para ser optimistas”.
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Friday, March 09, 2007
Marte también sufre el cambio climático

El calentamiento producido de forma simultánea en la Tierra y en Marte sugiere que los recientes cambios climáticos en nuestro planeta podrían no estar producidos por la acción del hombre, según informa National Geographic.
Esta teoría científica, sin duda controvertida, se basa en datos recogidos por las misiones de la NASA a Marte en el año 2005, en las que se descubrió que el dióxido de carbono en forma de “capas de hielo” cerca del polo sur de Marte se había reducido después de tres veranos consecutivos.
Según Habibullo Abdussamatov, responsable del Observatorio Astronómico Pulkovo en San Petesburgo, lo que está sucediendo en Marte evidencia que el actual calentamiento global en la Tierra se debe a cambios en el sol: “El incremento a largo plazo de las radiaciones solares está calentando tanto a la Tierra como a Marte”.
Según Abdussamatov, los gases que producen el denominado efecto invernadero en la Tierra, no tienen un papel tan importante en el calentamiento global. “La radiación solar empezó a crecer en la década de los 90, y un mínimo en la actividad solar se producirá aproximadamente en 2040,” dijo Abdussamatov. “Esto causará un proceso de enfriamiento en el clima terrestre entre 15 y 20 años.”
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Sunday, March 04, 2007
Al Gore ganó un oscar por su documental sobre el cambio climático.
El documental que protagoniza Al Gore, ‘An Inconvenient Truth’ (’Una verdad incómoda’) fue galardonado por la Academia en la 79a. edición de los Premios de La Academia.
La ceremonia se realizó en el teatro Kodak y fue conducida por Ellen DeGeneres.
Gore se ha convertido en adalid de la lucha contra el cambio climático y el calentamiento global. El antiguo mandatario ha recogio la estatuilla junto al director del documental, Davis Guggenheim, y los productores Lawrence Bender y Laurie David.

Tras serle concedido el premio, el ex vicepresidente se dirigió a los que calificó como sus “fieles americanos” y dio las gracias a la Academia y a su familia por el galardón.
“Tenemos que hacer algo” aseguró, “se trata de un tema que trasciende lo político, es una cuestión moral y está en nuestras manos solucionarlo”, concluyó en referencia al peligro del cambio climático que denuncia en su documental.
Sus competidores en esta categoría eran ‘Deliver us from evil’, ‘Iraq in fragments’, ‘Jesus Camp’ y ‘My country, my country’.
La película marca un triunfo personal para Gore, el candidato del Partido Demócrata a la presidencia de Estados Unidos en el 2000 que abandonó la política luego de perder por estrecho margen en un muy discutido resultado ante el republicano George W. Bush.
Mejor Canción original

El Oscar a la mejor canción original ha sido otorgado a la música y la letra de melissa Etheridge por el documental ‘An Inconvenient Truth’. Curiosa adjudicación ya que era la primera vez que la canción de un documental era nominada para el oscar a la mejor canción.
Una gala más “ecológica”
La organización cinematográfica no sólo le dio dos estatuillas a Al Gore, sino que decidió hacer una ceremonia ecológica. “Estamos orgullosos de anunciar que por primera vez en la historia de los óscar, la gala es oficialmente verde”, declaró DiCaprio junto a Gore a la hora de pasar este mensaje de ecología.
Entre otros detalles ecológicos y junto con la información de métodos de energía alternativa que la Academia publicitó en su página de internet (www.oscars.com), el transporte oficial utilizado en esta gala fueron limusinas híbridas de menor consumo.

Claro que si Gore puso al óscar verde, siempre los hubo más cínicos que pusieron verdes a algunos de estos nuevos ecologistas: “Estoy totalmente de acuerdo con hablar de energías alternativas pero habrá que ver qué coches han dejado aparcados antes de montarse en las limos alternativas”, subrayó certero el actor mexicano Gael García Bernal, siempre comprometido.
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Thursday, March 01, 2007
Foro sobre cambio climático en Latinoamérica
El ex vicepresidente de EEUU Albert Gore analizará en Miami el impacto en Latinoamérica del cambio climático en un forum al que asistirán científicos, políticos y expertos.
El “Green Forum” debatirá la evolución de cuatro grandes materias relacionadas con el medio ambiente: el calentamiento global, el acceso al agua potable, el desarrollo de las ciudades y el impacto en los océanos, informó hoy la revista Poder que organiza la conferencia.

“Esta es la primera vez que se organiza un fórum de esta magnitud dirigido a Latinoamérica y a los hispanos de Estados Unidos”, afirmó hoy Nicolás Ibarguen, editor de la revista Poder y presidente del “Green Forum”.
La conferencia se celebrará el 19 y 20 de abril en Miami y contará con la participación y patrocinio de organizaciones como “Envoronmental Defense”, “Natural Resources Defense Council”, la revista National Geographic y las universidades Columbia y Georgetown, entre otros.
Gore pronunciará una conferencia y será el invitado de honor al representar hoy la mayor figura política mundial que está defendiendo que gobiernos, empresas y organismos de todo tipo tengan en cuenta la trascendencia del impacto del cambio climático en el planeta.
Además de ser candidato al premio Nobel de este año, Gore logró el pasado domingo el Oscar al mejor documental por la cinta “An inconvenient truth” (”Una verdad incómoda”).
“Tenemos que hacer algo, se trata de un tema que trasciende lo político, es una cuestión moral y está en nuestras manos solucionarlo”, afirmó Gore al recibir el Oscar y en referencia al peligro del cambio climático que denuncia en su película.
El documental explica las graves consecuencias del calentamiento global de la tierra, la progresiva desertización y la disminución de recursos naturales básicos.
Además de Gore, participarán, entre otros, en el “Green Forum” de Miami el argentino Raúl Estrada, uno de los expertos legales que redactó el Tratado de Kyoto, el mexicano Mario Molina, científico experto en estudios sobre la capa de ozono, el economista peruano Hernando de Soto y el presidente del Canal de Panamá, Alberto Alemán.
posted by Jim @ 3:02 PM   0 comments
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